Según el diccionario, una droga es “una substancia o preparación utilizada para tratar una enfermedad”, La farmacología, ciencia que estudia las drogas, define a esta como cualquier substancia que por su naturaleza química altere la estructura o función del organismo viviente. La definición de esta gama abarca a los alimentos, vitaminas, hormonas, plantas, venenos de reptiles, picaduras de insectos, productos podridos, contaminantes ambientales, pesticidas, minerales, substancias químicas sintéticas y muchos otros materiales que normalmente se encuentran en el cuerpo. Los médicos prescriben drogas para evitar las enfermedades, para mitigar el dolor o para restaurar la salud, pero asimismo reciben el nombre de drogas todas aquellas píldoras, platas, polvos, líquidos, cristales y capsulas que la gente aspira, ingiere, se inyecta, traga y huele para cambiar o escapar de la realidad que la rodea.
La sociedad acepta ciertas drogas que se usan de esta manera. Usualmente no consideramos que el caballero elegantemente vestido que ya va en su cuarto martini, sea un farmocodependiente, ya que el alcohol etílico es una droga que ha sido aceptada por el mundo occidental a amanera de lubricantes social. Sin embargo, se trata de una droga y muy poderosa; y el caballero antes mencionado a resultas de su dependencia podría convertirse fácilmente en un alcohólico e incluso morir a resultas de su dependencia.
El “problema de las drogas” de hoy en día, sobre el que trata este libro, se refiere a las substancias que se toman sin razón ni prescripción medicas. Nos referimos a las drogas psicoactivas, las casuales obran en la mente.
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